Buenos días, tardes o noches a todas y todos…
Como siempre y antes de nada, por norma de buena educación (que mis padres intentaron darme), preguntaros cómo estáis. A todos aquellos que estéis bien, mi sincera alegría, y para aquellos de vosotros que, en fin, estáis atravesando algún momento, por llamarlo de alguna manera, “nada placentero”, pues os deseo que ese momento pase rápido, a la velocidad de una rayo, para que no os haga daño ni os deje huella…..
Creo que por fín ha llagado el día de volver a escribir, lo necesito de verdad, y además, coincide con que será la pubilicación número 100 de nuestros escritos…. ¿Creéis en las casualidades? Yo no, en mi forma de pensar y ver las cosas, siempre he creído que nada es casual….., pero seguro que entre vosotros habrá quienes piensen de otra manera, esa es la belleza de la diversidad…., que no todos seamos ni iguales ni pensemos de la misma manera….
Hace no muchos días, cuatro o cinco (la cuenta de los números aún me cuesta mucho trabajo), os anticipé que no tardaría en volver a escribir, y gracias a una experiencia que os trasmití en ese momento, decidía volver a coger el lápiz y el pincel, la paleta de colores y el lienzo, y volver a intentar escribir algo medianamente coherente y que os sirviera a vosotros, y sobre todo, ya me conocéis, que me sirviera a mí.
¿Qué os voy a contar hoy? Pues hoy necesito transmitiros las experiencias que he tenido en mis últimos meses, que para mi han sido bastante duras, difíciles…, pero también os anticipo el final para que no os preocuéis innecesariamente, ¡¡si os estoy escribiendo es porque todo va para mejor, despacio, pero para mejor¡¡.
Terminé el año pasado con mis más y mis menos, pero bien, no me podía quejar demasiado, y decidí que este año, física, psicicológica y cognitivamente iba a ser mejor, que me entregaría y me entrenaría de pleno para conseguirlo. Estaba muy animado, con muchas ganas, me sentía fuerte en todos los aspectos y afrontaba el reto como los niños afrontan las nuevas aventura, con muchísimas ganas e ilusión.
Y comenzó el año bastante bien, hacía mucho deporte, paseaba mucho, fuí conduciendo hasta Málaga para ver a un buen amigo (todo un reto para mi), me puse en contacto a través de wasap con mucha gente que tenía abandonada y que quería decirles que estaba aquí…, trabajaba un par de horitas al día en la oficina ayudando a mi mujer en todo lo que podía, incluso en mayo mi neurólogo, al verme tan bien y por insistencia mía, creyó oportuno comentar a dejar gran parte de la medicación (menuda carga). Me hice con un buen libro que tenía muchísimas ganas de leer, despacito pero leer, me machaqué en el gimnasio para que mis hijas pudieran presumir de las “tableas de chocolate de su padre”, y Alicia y yo decidimos hacer un nuevo y gran viaje a comienzos de verano…., “fuimos a Perú”.
Planes he ilusión no me faltaban……, pero a veces los planes y la ilusión se frustran porque pasa algo que no está previsto. A mediados del mes de mayo empecé a tener muchas molestias en el estómago, me dolía muy a menudo, más de lo que yo entendía que debía de ser normal. Aún así, seguía con mi rutina de algo de trabajo, entrenamiento, comida sana, y llegó el momento de irnos de viaje.
¡¡¡Qué ilusión y qué nervios¡¡¡ Alicia y yo hemos tenido la suerte y oportunidad de viajar muchísimo por esta pequeña bola azul conocida como Tierra. No os exagero nada si os digo que somos conocedores de más de 35 o 40 países diferentes. El tiempo parece que no pasa pero empecé a viajar con veinte años y ya voy por los cuarentena y cinco (aunque me conservo como si tuviera 30 jejejejejejeje). Un estupendo viaje con unos mejores y estupendos amigos, que prometo contaros con pelos y señales en el momento en que pueda, ¿tenéis curiosidad?. Pues en este viaje, los últimos cuatro o cinco días fuero para mi bastante difíciles, cogí una gastritis (algo muy común por cierto) que me producto fiebre, bastante por cierto durante varios días en Perú, durante el regreso a España y durante más de una semana después de haber llegado. Mi cuerto y en especial mi cabeza no están preparados para soportar algo que para todos puede ser normal, pero por desgracia para mi no. Tras el regreso inmediatamente fui al médico, me detectaron que tenía una gastritis crónica, seguramente consecuencia de tanta medicación en los últimos años, o eso al menos digo yo. Esa gastritis combinada con una medicación nada acertada para solucionar la alta fiebre que llegué a tener, hizo que en el viaje perdiera más de cuatro kilos, y lo que es peor, hizo que mi cuerpo no absorbiera adecuadamente la medicación de mi cabeza, sobre todo la peligrosa, “los antiepilépticos”.
Llegó la Feria De Fuentes, intenté como un machote vivirla con mi familia lo más intensamente posible, pero ni mis fuerzas, ni mi estómago, ni mi cabeza (y algún que otro problema “extra” que otro días os contaré?, hizo que finalmente se me presentaran dos ataques epilépticos en dos días consecutivos. Epilepsia y cabeza cascada no se llevan nada bien. Podéis haceros una idea……
Después de ir a visitar lo más urgentemente posible a mi médico de la “cabeza”, es decir, a mi Neurólogo, y de meterme de cuerpo pleno en las máquinas tan súper modernas que existen hoy en día y que a mi me resultan tan familiares, no nos gustó nada el diagnóstico…. “parece que hay algo aquí, en una zona bastante inaccesible de su cabeza, que es la que puede estar produciendo los síntomas que presenta y habría que estudiarlo…..”.
Alicia y yo, o al menos yo, quería morirme. La noticia era un jarro de agua fría después de tantísimo tiempo de lucha….. y me planteaba, ¿otra vez tengo que ir a la guerra?¿estaré preparado para afrontarla? Soy muy veterano…, ¿aguantaré otra vez? El mundo se me vino abajo, se nos vino abajo a los dos…..
Pero gracias a Dios y a mi Padre que está en el Cielo (Papá te quiero¡¡¡), a Alicia se le ocurrión contactar con mi Neurocirujano, persona de tuvo mi cabeza abierta en sus manos, compañero del médico que me había diagnosticado y mejor conocedor de mi caso….. Se les facilitaron las pruebas con muchísimas urgencia y por Milagro, la opinión de este doctor no era que ni mucho menos tuviera algo nuevo en la cabeza, sino que eso que se veía había estado ahí conmigo desde la operación, por lo que según su opinión, no teníamos de qué preocuparnos…. ¡¡¡¡Y nos dio la Vida otra vez¡¡¡¡
Entonces, ¿qué me estaba pasando? Pues habían sido el cúmulo de muchas circunstancias, tal vez de muchas malas casualidades, de alguna malas decisiones por mi parte, de errores personales, …., ¡¡¡o yo qué se¡¡¡ Pero todo esto me había hecho llegar a una mala situación.
Con muchísima voluntad, mucha ayuda y más paciencia que el Santo Job (no sé porqué se utiliza esta expresión), parece que poco a poco estoy saliendo de esta mala racha, aunque a día de hoy aún no esté bien del todo….
Ahora estoy trabajando en asumir que ya nunca estaré bien del todo…, como yo era antes del “chocazo”…, y seguramente es lo más difícil que deberé asumir en mi vida…, que ya no seré nunca como el de antes, como la persona que muchos habíais conocido….., pero tendré que hacerlo, no me quedad otra. Y ya sabéis como soy, a Don Erre que Erre no me gana nadie jejejejejejeje.
En fin, creo que por hoy esta bien de darle a la techa…., tal vez me haya hasta pasado y he podido pecar de “latazo”, pero necesitaba contarlo…., para vosotros, para mi……, y para lanzar un mensaje…., “la vida sigue y se habré camino, y la lucha nunca se ha de dejar, jamás”, …… así son los Guerreros……
Buenas noches a todos y hasta el próximo escrito.
P.D. Perdona si algunas cosas no se entienden y por si he tenido muchas faltas de ortografía…, poco a poco seguro que iré mejorando otra vez….